La familia es el mejor y más efectivo entorno de aprendizaje para los niños. Está demostrado que los hijos adoptan fácilmente los hábitos que se fomentan en casa así que, enseñarlos a seguir y valorar costumbres que cuidan nuestra salud y bienestar, ya desde pequeños, va a tener efectos positivos de por vida y puede prevenir que en un futuro desarrollen factores de riesgo que pueden derivar en enfermedades, como las cardiovasculares, obesidad, colesterol, sedentarismo…
Para disfrutar de una vida sana, tanto física como mental y socialmente, los hábitos que debemos inculcar en la familia son:
1. Llevar una alimentación equilibrada
2. Practicar ejercicio de forma habitual
3. Beber agua
4. Descansar correctamente
5. Mantener una buena higiene
6. Alejarse de hábitos nocivos como el tabaco, el alcohol y otras drogas
Educar en las costumbres sanas es una tarea que debe realizarse a lo largo de toda la infancia y la adolescencia. El ejemplo de los padres es la mejor forma de fomentar cualquier hábito en los hijos, así que es necesario que los niños los vivan en casa para poder integrarlos de forma natural, pero consciente, a lo largo de su vida. Para ello es importante no forzarlos, para que no lo perciban como una obligación. Es mejor integrarlos de forma natural, e incluso divertida, para que resulten experiencias positivas en familia que quieran mantener durante toda la vida.
Un ejemplo de esto es hacer partícipes a toda la familia del hábito de la alimentación sana: elegir el menú con antelación, ir a hacer la compra juntos, que los niños ayuden en la preparación de los platos como una actividad divertida, incentivarlos a comer variado jugando con el color de los alimentos, poner la mesa, recogerla…
También es muy bueno hacer, al menos, una comida juntos al día. Disfrutar comiendo todos lo mismo y en familia, sin prisas y sin distracciones como la tele para fomentar la conversación, es un buen hábito que nos hará descubrir y valorar las comidas.
Ir juntos de paseo, de excursión, sacar al perro, ir a nadar, en bici, se hace más divertido y apetece más si se hace en familia. Los niños necesitan moverse y para evitar el sedentarismo que desde hace años está propiciando el exceso de horas frente a la tele o con los videojuegos, es necesario sustituir esas actividades por otras más deportivas. Si tienen una buena experiencia haciendo ejercicio en familia, lo verán como algo divertido y gratificante y será fácil que lo integren en sus hábitos.
Por último, hay que recordar que el refuerzo positivo es mucho más efectivo que las correcciones en negativo. El niño se sentirá mucho más estimulado si utilizamos frases como "qué ricas están estas naranjas" o "qué bien has comido", que con palabras como "no comas galletas porque te vas a engordar" o "no comas chicles porque se te van a caer los dientes", que lo que van a producirles es ansiedad.
El seno de la familia juega un papel importante a la hora de inculcar hábitos saludables. Enséñale con el ejemplo, esto repercute en bienestar físico y emocional de toda la familia.
Por la Dra. Annie Veloz
Nutrióloga Clínica